lunes, 13 de mayo de 2013

Perdiendo la Historia


En estos últimos años, fui creciendo mucho mas rápido de lo que yo creía. En un abrir y cerrar de ojos pase de estar todo el día en el Club al que yo amo, a estar lo justo y necesario para llevar a cabo las actividades que ahi realizo. Es cierto que las cosas cambian, la vida cambia y hoy en día es muy difícil vivir como se vivía hace unos años. Pero que lindo eran esos años.
Me acuerdo que todavía no jugaba al rugby y ya mi papa me llevaba con mis hermanos a pasar el día ahí adentro. Él ya tampoco jugaba, las lesiones que tuvo de chico lo habían dejado lentamente fuera de carrera, pero no había un fin de semana que no nos llevara ahí. A almorzar, a los juegos, con una pelota, a correr, a estar, a lo que fuere. Él disfrutaba de estar en el Club, con sus amigos, conocidos y toda la gente que fue conociendo durante sus años como jugador ahí mismo, su gente. Siempre había con quien charlar, que mirar, que hacer. Su infancia y juventud ahí habían sido felices, y todo lo que el club le fue enseñando, el nos lo fue enseñando a nosotros, a mí y a mis hermanos. Hizo lo más importante.
Con la edad nosotros empezamos a jugar al rugby y a hacer nuestros caminos. Fuimos creciendo en ese Club, y ya empezamos a ir por las nuestras. Me acuerdo que vivíamos ahí adentro, cuando no jugábamos o entrenábamos, estábamos mirando rugby, jugando al fútbol o cualquier otro deporte o juego que se les ocurra, o con amigos, o comiendo o la pileta, pero todo era ahí adentro. Me acuerdo viendo partidos de Bochas. No se nos ocurría irnos de ahí, y no porque no pudiéramos, éramos libres de hacer lo que quisiéramos, pero amábamos estar ahí, y eso que con migo costo un poco mas, al principio lloraba y no quería saber nada con el rugby y hoy 20 años después estoy totalmente agradecido. Realmente ir al Club Atlético de San Isidro, era como salir al patio de mi casa y cuando había que irse al final del día anda a buscarme haber si me encontrabas.
Realmente fueron años felices, pero lamentablemente el tiempo sigue corriendo, uno crece, y va teniendo otras responsabilidades, y no puede pasarse la vida como un niño. Y eso también tiene sus cosas buenas, porque de a poco la responsabilidad de que todo eso siga pasando recae en uno que deberá seguir transmitiéndolo.
Yo sigo jugando al rugby, y dentro de todo estoy bastante en el club, comparto mucho tiempo con muchas personas, de mi edad, grandes, chicos, y disfruto de cada momento o trato de hacerlo. Eso no quiere decir estar de acuerdo con todos en todo, ni poder tener momentos en que uno es desbordado por las situaciones. Yo se que juegue o no juegue al rugby, al club no lo cambio por nada, porque es mi casa. Esta casa, no es la misma que era años atrás, no es la misma casa que la que vivió y me contó mi papá, pero yo se que lo puede volver a ser y que depende de nosotros volver a hacerla y ojo que no soy de una familia histórica del lugar, ni del club. Apenas soy la segunda generación que tiene el placer de compartir esto.
Hoy volvía de Hindú, un club mucho más reciente y joven que el nuestro, de entrenar la Menores de 15 con amigos y jugadores del club y vi en ellos, al CASI de otros tiempos. Siempre escuchaba en estos últimos años hablar a mi viejo del tremendo club que es Hindú, más allá de lo deportivo. Y realmente no se equivocaba. Un club en constante progreso, que constantemente busca mejorar las condiciones del club, que busca que sus socios la pasen bien adentro del club y que tengan todo lo que necesitan a mano, y no solo hablo del rugby, sino en todos sus aspectos. Pero además donde todos colaboran en pos de ese progreso. Hoy volví a vivir lo que es el amor por un club. Tengo que decirlo, me dio mucha envidia, ver como gran cantidad de jugadores actuales de plantel superior y ex jugadores historias del club estaban ahí y siempre están ahí, entrenando o colaborando con las divisiones juveniles, haciendo de referee de los partidos, sin protestar y con gusto, y después pasar por el bar del club y ver a esos mismos jugadores con sus familias comiendo ahí y compartiendo y transmitiendo todo ese amor a las generaciones futuras.
Hablando con uno de los entrenadores de ellos me decía, que él, al volver del trabajo todos los días se va para el club, es el lugar donde se desconecta de la vida diaria, descansa y se distrae y que al llegar ahí siempre se encuentra con todo el mundo en la misma situación. Y allí estaban nuevamente en ese lugar que compartían. Al escuchar esto, no podía evitar pensar en aquellos tiempos en donde el CASI era eso, porque la gente amaba estar ahí, disfrutaba de estar ahí.  
El CASI era así, yo no estoy loco, yo era chico y lo veía o mi viejo me lo contaba. Era ir al club, y ver a la gente del club, los conocías a todos, y estaban todos. Me acuerdo de ir los domingos a almorzar y ver a todos los jugadores o muchos, y hoy cuando volví de suerte si conocía a dos de los diez q había. Es verdad que son clubes diferentes, la gente de Hindú vive en el barrio, y hoy en día la gente del CASI, muchos no viven en San Isidro por cuestiones económicas, entonces se hace mucho mas difícil estar y pertenecer. Ellos nos copiaron y hoy son lo que son mientras que nosotros dejamos de ser nosotros y somos lo que somos. Miraba a la gente de Hindú comiendo y pensaba en nosotros. Hoy en día, si no es un Jueves por la noche,  una de las tradiciones que aun mantenemos, o un Sábado de partido a nadie se le ocurre ir al restaurante del club a comer. Anda a pedir algo de noche a ver si te atienden o hay alguien en la cocina. Yo nose si es por los precios, tampoco se como serán allá pero tampoco nadie alienta a ir a comer y pasar el día ahí. Antes me acuerdo que había noches de cena y cine, la gente iba, yo iba, pero iba con amigos y aprovechábamos la poca luz que se prendía para iluminar el club y jugábamos al fútbol en la cancha de hockey. Hoy vas de noche al club y por poco y te meten preso con la seguridad que hay, como si hubieras entrado al área 56 de Estados Unidos.
En cuanto al rugby, las sedes han descentralizado al club. Ir a jugar a escobar durante las divisiones inferiores han sacado a los chicos del club. Se perdió el sentido de pertenencia del barrio, de San Isidro. Y ahora que tenemos la suerte de que se vendió, en vez de aprender de nuestros errores, nos vamos a ir a jugar a Benavides, otro barrio, en otra localidad, que queda a mas de 20 km de distancia de nuestra casa por no decir mas. El club es el club y si las canchas tienen que estar hechas polvo y peladas por la cantidad de partidos que se juegan, que lo estén. La vida del club es mas importante. Ya ni los hijos de los socios juegan en el club.
Es verdad que algunas cosas se han hecho, como la cancha de fútbol sintético, para que los que ya no juegan mas o los que aun lo hacen en sus tiempos libres, tengan algo para hacer y un momento para compartir con amigos, pero así debiera ser en todo. El estado de las canchas de paddle es deplorable, y el papi fútbol, si bien cada tanto recibe algún mantenimiento también, y ni se te ocurra ir a jugar al básquet, de suerte quedan las estructuras de hierro de los aros. No digo que vamos a sacar basquetbolistas o campeones nacionales de paddle pero yo he jugado y como están hoy en día las canchas, no invitan a nada. Se caen a pedazos. La sala de cadetes una gran iniciativa para traer de vuelta a los chicos al club, paso el verano cerrada. Si no esta abierta en verano, cuando lo va a estar. El torneo de fútbol mismo, paso de tener tres zonas y una gran cantidad de equipos a formar de suerte dos zonas en la actualidad. Los sábados de fútbol podías pasar por la cancha de hockey donde también se jugaban partidos y podías ver mas de cien personas viendo los partidos, hasta los mozos del bar, y ni te cuento en una final. Hoy en día de suerte va el hermano de uno a verlo, quizás la familia si el partido es importante. Las actividades del club se han perdido. Incluso las no deportivas. Antes la gente se pasaba el verano en la pileta, estas explotaban de chicos y gente que iba desde las once de la mañana hasta las seis dela tarde. Hoy la gente prefiere la pileta de su casa. Alquilar un salón para estar con los amigos o festejar un cumpleaños es mas difícil que conseguir fecha para tocar en el colón. Siempre esta todo ocupado hasta por lo menos tres meses en adelante, y pensaran que bueno algo se hace, pero al pasar por los salones te das cuenta que no hay nadie. Pareciera ser la película Luna de Avellaneda. Tenemos un club dividido donde siempre hay disputas, donde nadie se puede poner de acuerdo con nadie y fundamentalmente no se esta pensando en el club que va perdiendo identidad. Va perdiendo su historia. Se han perdido generaciones en el medio, gente que se ha desasociado, o gente con mucha historia que ha desaparecido o la han hecho desaparecer por disputas. El material estaba, esta y va a estar porque es un club que tiene capacidad pero que tiene que dejar el orgullo de lado para volver a renacer y volver a generar un sentido de pertenencia y el lugar de estar y compartir de mucha gente. Esto va mas allá de hacer algún deporte sino de la vida social del Club. Hay que volver al club, y el club tiene que ayudar a que la gente vuelva. 

jueves, 18 de abril de 2013

El Subi Baja de Boca


Analizar este momento de Boca, no hace mas que remitirme a tiempo atrás, cuando todavía era chico, pero ya comenzaba a apasionarme por el fútbol y por Boca. Ya por aquella época en los 90, y luego de ese campeonato obtenido en 1992, el club se llenaba de jugadores de renombre que no iban a obtener los resultados esperados. Grandes ídolos, entre ellos Maradona, Caniggia, “Manteca” Martinez, Latorre y más, iban a conformar esas formaciones. Obviamente no se comparan ni por casualidad con los de estos tiempos que si bien se supone son de lo mejor del medio local, son unos cuatro de copas. En 2011 llego Julio Cesar Falcioni a tratar de reconstruir a un Boca que se caía a pedazos, que no ganaba de local y menos de visitante, jugaba cada vez peor y dependía de las genialidades de Palermo, como rezaba esa bandera que se podía ver en la popular, (“Palermo, mi único héroe en este lío”). El equipo empezó a estar más sólido y equilibrado con una defensa compacta que impedía cualquier ataque y un ataque simple pero eficaz. Es cierto que ese Boca no jugaba lindo, pero ganaba, y en ese momento era lo que necesitábamos. Además, ¿Cuándo fue Boca un equipo que se caracterizara por jugar lindo?, para eso esta el Barcelona. El prestigio empezó a volver y el respeto de los rivales también. Se gano un campeonato local y una copita menor y si bien se perdió la Libertadores en la final, en cuanto a números las campañas fueron muy buenas, como los fueron las campañas del “Bambino” Veira cuando llego al equipo de la rivera. Pero eso no le basto a ninguno de los dos para poder seguir en el cargo y tuvieron que dar un paso al costado. En aquella época, tomo el cargo Bilardo, un hombre de carácter fuerte e hizo lo que tenia q hacer, depurar el plantel y limpiar a los que había que limpiar para empezar una nuevo ciclo. Así fue como llego el final de muchos jugadores entre ellos, el más grande, Diego Armando Maradona. Los resultados no acompañaron y tras una temporada el doctor debió dejar el cargo, dándole paso al que hasta hoy es el técnico más ganador de la historia de Boca, Carlos Bianchi. El Virrey, tomo un equipo prácticamente nuevo, sin ídolos, ni problemas de vestuario, le dio forma, una idea de juego y le hizo ganar todo lo que jugo. Ya lo hemos visto y vivido. Hoy en día el técnico vuelve a ser Carlos Bianchi, pero a diferencia de aquella vez, esta vez encontró un equipo ya armado, repleto de supuestos caudillos y de jugadores de renombre con problemas de vestuario, que juega muy mal y cada vez peor. ¿Si era el técnico ideal para Boca?, ¿Cómo decir que no a un tipo que gano todo? Falcioni intento hacer lo que hizo Bilardo, limpiar el plantel. Riquelme es el ídolo, como lo era Maradona, y como aquel Diego, ya no se entrenaba, jugaba cuando quería y decidía lo que se hacía y dejaba de hacer. En un primer momento parecía que lo había logrado, Román dio un paso al costado y se veían venir aires de cambio. Y ojo que no era el único problema, después había q sacar a los perros que había en el plantel, pero la comisión directiva del club no dio el respaldo y no tuvo mejor idea que prescindir de los servicios del técnico. Con Falcioni ya afuera y sin un hombre fuerte que terminara con la depuración del plantel, llego Bianchi y con él volvió Riquelme, aunque no de un primer momento, y a diferencia de aquella vez, de comenzar una nueva era, decidimos seguir con la misma, desgastada hasta que explote. Era el momento de cambiar, de comprar nuevos jugadores, que aparezcan nuevos ídolos y volver a empezar. Lo que estamos viviendo ahora es consecuencia de todo eso. No estoy en contra de Riquelme, de Bianchi, ni de Falcioni, mucho menos lo estaba de Maradona, Veira, Bilardo y demás. Y todo esto no quita que el resto de los que están no se entiende como llegaron a ser jugadores de fútbol. Son jugadores que no saben el ABC. Son los responsables de este momento de Boca. Cada uno hizo lo que tuvo q hacer, pero lo que se hizo esta cumplido. Es el tiempo de otros. Es tiempo de una nueva era.         

jueves, 24 de enero de 2013

Los Nombres

Por: Roberto Fontanarrosa

Porque también la cosa está en los nombres, en cómo suenen, en las palabras, pero más, más en los nombres porque se puede estar transmitiendo agarrado al micrófono con las dos manos, casi pegado el fierro a la boca, y la camisa abierta, transpirada y abierta, los auriculares ciñendo las orejas y las sienes como un dolor de cabeza y ahí valen los nombres, tienen que venir de abajo, carraspeados, desde el fondo mismo del esternón, tienen que llegar como un jadeo, lastimarte, tienen que ser llenos, digamos macizos, nutridos, eso, nutridos. Tienen que llenar la boca, atragantarla, que se los pueda masticar, escupir, como pueda ser digamos Marrapodi , viejo, Marrapodi, ¡ volóoo Marrapodi y echó al córner!, Marrapodi llena la garganta, sube, se puede arrastrar, no queda encía, muela, paladar sin Marrapodi, para deletrear casi con asco, con afonía. No. Marrapodi además volaba y se quedaba colgado en el aire con la pelota suya como un dirigible, remata, ¡vuela Marrapodi y atrapa! Roque Marrapodi, para colmo, nombre para reventarse las venas del cuello y que lloren los ojos por un solazo bárbaro de domingo a la tarde, lleno de gente porque entra Borello o quien sea y ¡tiraaa! y allá sale disparado Marra como un lanzazo, la boca abierta, más abierta, los ojos casi en blanco, el pelo exagerado en el aire, un pie aquí, el otro allá, un manchón verde, uno gris, ese golpe en la punta de los dedos como quien puede manotear un pájaro, una gaviota, caer hecho un manojo en el aire, los bigotes misturados de césped, el olor, relojear por bajo el brazo y la ingle dónde fue a parar esa bola y gritar sintiendo la garganta afiebrada de flema volóooo Marrapodi, medio arrastrando entre los dientes y la lengua la doble erre porque ya el flaco con el fulbo bajo el brazo va a buscar la gorra que quedó en el otro palo. O quizás Carrizo, pero menos, no tiene tanta fuerza decir Carrizo, tal vez en la zeta está ese olor a naranja, a cigarrillo, pero por ejemplo Camaratta, otro, Camaratta, vamos viejo, Camaratta viene el centrooo... y son tenazas las manos de Camaratta, ¡dos garfios Camaratta!, cómo no va a tener tenazas Camaratta aunque no se debía tirar, a Camaratta le debían reventar pelotazos en el pecho desde medio metro y el ruido se debía escuchar hasta en la otra cuadra y viene el rebote, entró Pontoni, tiróoo, sacó Camaratta, de nuevo un balinazo en el tórax inmenso de Camaratta con el pelo mojado sobre la frente y una lluvia de sudor desprendida de su nariz y el sudor en los ojos, ¡cómo le debía picar! y se quedaría tirado tras el tercer rebote en el suelo como un cachalote con la media derecha caída , sangrante y terrosa la rodilla, porque Camaratta siempre debía jugar en cancha de Atlanta donde es pura tierra y cada entrevero era una polvareda tremenda, donde catorce hinchas se morían de calor y odio y miles pero miles de argentinos escuchaban succionados por la radio la voz porteña del balompié, pasión de multitudes, ¡Ca-ma-ra-tta!, salvó su arco de segura caída, Camaratta carajo, no Blazina por ejemplo porque Blazina es como decir felino o colina, algo plástico, estético, mirko volaba en treintaitrés revoluciones, ahora un brazo, después el otro, flexionar la rodilla, una gambeta blanca blanca pero todo en cámara lenta, muda, como un vacío que se hubiera chupado el rugido de la tribuna, sólo Blazina planeando, en blanco y negro para colmo, que eso no es para hinchas, es para artes visuales. No, no se puede transmitir sin esos nombres, ojalá estuviera Marrapodi, o Camaratta , o Macarrata, o Camarrodi, Macarrata, ¡se tiiira Macarratta! ¡Voló!, el micrófono hecho un puñal, un puñetazo sudoroso, ¿cómo puede haber un arquero García por ejemplo, García, qué se va a decir?, volóoo garcía, si queda en la boca esa sensación desierta y adormecida de cuando uno come pastillas de menta, volóoo García, qué mierda va a volar ese boludo. Que se quede parado para eso.

lunes, 14 de enero de 2013

HISTORIAS DE PERROS



Historias de Perros I

Luego de explayarme en el texto anterior sobre los temores al sacar a pasear un perro, este se hizo realidad. Infelizmente iba caminando con mi perro, perdido en mi teléfono celular, cuando al levantar la vista debido al no avance conseguido por mi cuerpo note que mi perro ya estaba en posición y listo para hacer lo suyo. En eso la dueña de casa no tuvo mejor timeing que llegar con su auto azul a la casa. Dado mi desconocimiento total de los vecinos y mas aun que el auto había estacionado en la casa de al lado, no sospeche ni por un segundo que iba a ser recriminado por lo que mi mascota estaba realizando, hasta que una vez consumido el acto, yo siempre con la cabeza gacha, escucho un sutil: “¿Y la bolsa?”. Me lo tuvieron que repetir dos veces para que tomara nota que se dirigían a mí. Por supuesto y como ya lo explique anteriormente no soy de los que van con bolsa en mano. La mire fijamente y le pregunte si esa era su casa a lo que ella respondió que si por lo que no tuve mejor idea que mentirle descaradamente diciéndole que iría por una bolsa y levantaría todo después. Obviamente nunca volví y me fui a realizar otras actividades.
Al regresar a mi casa pasadas las doce de la noche, desde le auto note un bulto entre la reja y la puerta de entrada de mi casa, por lo tanto dentro de los límites de mi propiedad. No dude ni un segundo en pensar que la vecina me había obsequiado lo que mi perro le había dejado. Al leer la nota que me dejo en la puerta lo confirme, pero el daño estaba hecho. No me lo había dejado amablemente dentro de una bolsa sino que lo había arrojado con saña en un papel y estrolado contra el piso para que tuviera que hacer una fuerte limpieza e iniciando así lo que lo llamo la guerra vecinal. La bronca y el odio se apoderaron de mi pero siendo esa hora de la noche deje la contraofensiva para otro día, y ese día esta por llegarle. Porque una cosa es que me lo deje en la vereda y me la como por lo mismo que explique en el otro texto, pero arremeter contra mi propiedad no es perdonable.


Historias de Perros II

Esta historia es mucho menos ofensiva pero igual de dramática, por lo menos para mí que la padecí. Como suelo hacer estos días, ni bien llego del trabajo me dispongo a pasear a los perros. No vaya a ser que me tire cinco minutos a descansar y se hagan tres horas y después que los saque tu tía. Como es costumbre, primero saco a uno y después al otro repitiendo exactamente el mismo recorrido. Aclaro aquí que no salen juntos porque se muerden hasta las costillas si eso sucede. Para no aburrirme en los trayectos es fundamental el teléfono. Ahora lo que seguro es mas fundamental son las llaves para volver a entrar una vez afuera. Bueno en este caso, algo fallo y esto último no sucedió. Al meter la mano en el bolsillo note que estaba mas vació que Buenos Aires en la primera quincena de Enero. En ese momento, notifico a mi mente que siendo lunes, mi hermano vuelve el viernes de Brasil y mis padres el sábado de Mar del Plata, por lo que adentro de la casa no queda mas que un perro que seguramente no me abrirá la puerta. Menos mal que tenia el teléfono, ahora para que, nose, porque no creo que nadie volviera de sus vacaciones por mis desgracias y si fuera así imagínense que podría esperar una eternidad en la puerta. Como verán, si estoy escribiendo esto es porque finalmente logre entrar, pero ahí estaba yo sentado en la vereda con mi perro que me miraba con cara de “sos un entupido” pensando que hacer. Francamente tenía razón. Pero yo tenía un as bajo la manga. Por suerte a la mañana había decidido ir al laverrap. Se preguntaran que tendrá que ver esto con la historia. Bueno, yo también. Pero en un segundo esfuerzo comprendí que gracias a que había lavado la ropa es que venia la chica que plancha a mi casa justamente a plancharme las camisas para poder laburar el resto de la semana y de esta manera yo entraría a mi casa con ella. Pasaron diez, quince, veinte, etc. y no venia. Ya me empezaba a desesperar. Antiguamente cuando esto sucedía tenía dos alternativas. La opción A era subir al portón de la cochera, saltar al otro lado y quedar en el jardín de mi casa. Por lo menos ya estaba adentro. Después si encontraba alguna puerta abierta esa era otra historia. Actualmente esa opción quedo obsoleta al construir parte de la segunda planta sobre la cochera eliminando cualquier resquicio entre lo alto del portón y el techo. La opción B,  siempre me había gustado mas por el desafió que requería, aunque no creo que sea para un tipo que estaba de traje y en zapatos. Esta consistía en trepar la pared aprovisionada de huecos especialmente para llegar hasta el techo, de allí pasar a la terraza y entrar por el mosquitero faltante de la ventana abierta del cuarto de mi hermano. Actualmente ese mosquitero fue arreglado por lo que rápidamente esa opción también quedo obsoleta. Pasaban los minutos y ya me estaba petrificando en la vereda. Jadeaba más que el perro. Hasta que a lo lejos y luego de una hora la vi. Era mi salvadora. Lorena. Si, Lorena con la llave. Y aca estoy.

jueves, 10 de enero de 2013

Vamos a Pasear

Tareas odiosas si las hay en la vida y pasear los perros. Es una tarea para la cual nunca se esta listo y que por la única razón que uno la hace es porque se lo piden o simplemente no le queda otro remedio. No existe posibilidad de que sea algo que se haga con ganas y entusiasmo a excepción de esas personas que nunca convivieron con una mascota y ven en la posibilidad de sacarlos a pasear, la sensación de tener una por un momento. Para cualquier amante de los perros es una pesadilla. El momento de salir a pasear, es el momento más inoportuno de la vida, se esta por convertir el gol de la victoria en la playstation, se esta por matar a Koopa en el Mario Bross, o simplemente uno se acaba de tirar en la cama a ver esa película la cual espero todo el día.
Una vez en la calle, uno cree que ya esta, que lo peor ha pasado. Ya abandonado lo que fuere que se estuviere haciendo y por ende resignado, no queda otra que tomarlo del mejor modo posible. Al salir, ya se sabe el recorrido que se hará, siempre es el mismo. Se sabe donde están los perros de todo el vecindario y por los lugares donde no hay que transitar para evitar el escándalo y los tirones de las fieras enfurecidas por la ira al ver a otro canino.
El perro siempre mea en los primeros cuatro árboles y luego retiene un poco para sectores estratégicos donde huele el aroma de las perras que han pasado con anterioridad, y quiere dejar su marca. Esta parte del paseo no representa ninguna dificultad ni molestia para el humano que va con la mascota. Pero este no es el caso al momento de lo realmente importante y la razón principal por la cual se saca a pasear a un perro. Esto es, al defecar. Algunos perros no avisan y lo sorprenden a uno en cualquier lugar, el cual uno desearía que fuera en cualquier lado menos allí haciéndolo pasar un sin fin de veces, papelones estrepitosos que llevan a peleas con vecinos. Algunos atinados suelen llevar una bolsa para levantar la porquería, pero sinceramente yo no comulgo con ese estilo de gente. Al que le toco recibir el cago de un perro, le ha tocado. Es el destino de la vida y debería ser aceptado siempre y cuando no lo pesquen. Otros animales suelen dar un rodeo al lugar en el cual van a desechar el excremento, lo cual le da a uno cierto tiempo para observar que no haya moros en la costa, que ningún auto venga frenado sospechosamente para aparcarse en ese sector de vereda o que ningún vecino este saliendo de la casa, en cuyos casos uno aborta la misión dándole un tirón al perro. Otra suerte corren los que tienen mascotas rutinarias que siempre hacen sus cosas en el mismo lugar. Esta suerte no es para todos. Pero en cualquier caso, estas situaciones hacen que uno no disfrute en lo mas mínimo el paseo y que muchas veces se repita que será la ultima vez que sale con el perro, lo cual nunca ocurre.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El Oficinista


A los chicos les encantan las profesiones  osadas y cuando les preguntan que quieren ser cuando sean grandes, dicen sin asombro: “Bombero”, “Astronauta”, “Ninja” entre otros. Hoy soy oficinista. ¿En que momento de la vida uno pasa de ser ninja a oficinista? El oficinista es una profesión desagradable. La rutina del oficinista es desagradable. El peor día de esta especie es sin dudas, el Lunes. El oficinista se levanta desbastado, arruinado, se mira en el espejo y no se reconoce. Lo primero que hace es prender la ducha, pero sin antes encender la radio. Porque uno a la mañana se tiene que informar. Pero no porque le cambie la vida, uno no busca cualquier noticia, busca esa noticia. La noticia. “Atención: Violador de oficinistas suelto. Se recomienda no salir a la calle” o “Objeto volador no identificado aterriza en Corrientes y San Martín, los extraterrestres se alimentan de oficinistas. Se recomienda no acercarse a la zona”. ¿Pero eso nunca sucede no? Finalmente uno frustrado se va a laburar. Entra a la boca del subte y ya lo huele. Ese olor a frustración de toda esa gente que va a trabajar dificultando la respiración lo agobia. Pero no todo es tristeza para esa gente, que encuentra una alegría en la paparazzi del stand del revistero de la estación, con Adabel Guerrero en la tapa sacándose una diminuta tanga. Son trecientas personas una al lado de la otra, todos transpirados, mas parecidos a zombis que a personas, mirando con los ojos que se salen de la cara esa imagen sin emitir ningún comentario mas que suspiros y tal vez un por lo bajo con la voz gastada “laaa maaaato, laaaaaaa maaaaaato”. En eso, se escucha la bocina del tren q viene, que mas que un tren,  es un malón de personas que viene a las que le pusieron una estructura alrededor. Porque el subte no viene lleno, viene hasta las pelotas. ¿Y que hace el oficinista? El, igual va a entrar como sea. ¿Cuál es la motivación que lo lleva a hacer eso? El maldito presentismo. Perder el presentismo. Uno  mataría a una vieja por esos 200 pesos. Trata de meterse de frente pero no entra. Prueba de espalda y una voz se escucha: “Flaco no te das cuenta que el cuerpo tiene el mismo diámetro de frente que de espalda. No entras”. Entonces el oficinista se transforma en un contorsionista del circo y se empieza a meter como sea en el tren sin importar la pobre vieja que esta estampada contra el vidrio, que viene hace tres estaciones con el tabique roto y toda sangrada. Ya mas que una persona es una calcomanía. Uno lee: “aprenda a hablar ingles en 3 meses” y al lado la estampa de una persona con la boca semi abierta que ya se transformo en parte de la publicidad.  Pero el oficinista llega. Y llega a la oficina y lo que ve es desolador. Ve cadáveres enfrente de computadoras. Nadie reacciona hasta que algún comedido anuncia que es el cumpleaños de Rodríguez y hay medialunas. Automáticamente esta gente revive y se va arrastrando mientras dice con la misma vos gastada y cansina como hipnotizados: “medialunaaas, medialunaaas”. Porque el oficinista es como un tiburón que puede oler sangre a kilómetros de distancia. Alguien puede abrir una caja de medialunas en el piso 15 y el oficinista para el olfato y repite con una voz firme y autoritaria: “medialunas”. Pero esto no pasa porque sean amantes de las mismas. Esto pasa porque automáticamente el oficinista lo relaciona con la palabra que mas ama en toda la vida: “GRATISSS”.  Saber que algo es gratis lo saca de si al oficinista. El oficinista va al supermercado y pude comerse de la muestra, una tostada de membrillo, un canapé de pescado y un vaso de vino toro viejo en una misma góndola. Y como si no fuera poco, se despeina un poco y vuelve a pasar. Y después pasa de vuelta y agarra alegando que es para el nene que no probó y se lleva cinco más. Por todo eso ser oficinista es frustrante. La vida del oficinista es una frustración. Volvamos a ser ninjas.  

lunes, 12 de noviembre de 2012

Orlando FC



Un club manejado por las barras
Historia de la Barra de Orlando
2009

El cambio de capitanía de Orlando Glam´s en 2009 trajo aparejados muchos conflictos internos en la barra brava del equipo. La facción de zona norte liderada por Elder “El Lechero” el grupo más representativo de la hinchada, el cual manejaba todos los asuntos del equipo, vería perder su hegemonía a manos de Francisco Morello, mas conocido como “El Rey Negro” en una batalla campal sin precedentes llevada acabo en la Plaza Victoria Aguirre, lugar de reunión frecuente de la Banda de zona norte.

El 16 de Agosto, Elder se encontraba haciendo números para la temporada que se aproximaba en los alrededores del club junto a toda su primera línea compuesta entre ellos por Valy “El Camorrero”, “El Primo” Durini, y los mellizos Kun, conocidos popularmente como los Melli, cuando cerca de las 15 horas fue avisado por celular que la banda de Las Lomas liderada por Morello, y la banda de Munrro encabezada por “El Gitano” Debussy habían unido fuerzas para desbancarlo y se aproximaban a la zona en busca del poder. Al recibir la noticia “El Lechero” reunió a todos los hombres que pudo a cargo de su primera línea de golpeo para tratar de emboscar a las otras facciones, q en una hábil maniobra y suponiendo los hechos rodearon a la Banda de Zona Norte y superándola en número decidió atacar.
 
La contienda duro 20 minutos, y fue a puño limpio. El núcleo fuerte de Las Lomas compuesto por “El Misil” Schwabauer y “El Oso” Sáenz neutralizo a los del Norte que retrocedieron escapando por la calle J.Varela hacia Libertador. En ese momento se supo que la barra del Lechero era historia y que un nuevo Jefe comenzaba su mandato.

Ahora la barra estaba liderada por “El Rey Negro” Morello encabezando la facción de Las Lomas con el apoyo de la facción de Munrro a las órdenes del “Gitano” Debussy, pero Elder “El Lechero” no se da por muerto y prometió volver a tomar el poder.
2010
Luego de tomado el poder por las facciones disidentes, “El Rey Negro” Morello, se haría cargo del manejo de la barra y todo lo q tuviera que ver con ella.  Durante su gestión o mejor dicho comando, parecía que la fortaleza de Orlando se recuperaba, pero al cabo de media temporada los números no cerraban por ningún lado, se gastaba mucha plata y el nuevo líder que antes andaba de jogging y musculosa hoy se lo veía de traje, con zapatos en punta italianos que escondían sus tatuajes de mafioso y además ostentaba grandes cadenas doradas y anillos. Esto no le gusto nada a “El Gitano” Debussy, que veía como toda la plata se le escurría ante sus narices, sin recibir un centavo.
La paz duraría poco, porque luego del pésimo andar del equipo, que se veía fuera del campeonato nuevamente en los cuartos de final tras un duro partido que se definió por penal, el jefe de la facción de Munrro le declararía la guerra a la Banda de Las Lomas.
Unas semanas después, tras un almuerzo en el Mc Donalds de Libertador en Acassuso, donde Morello mostraba su nuevo auto a sus laderos, una importante balacera tendría lugar dejando herido de gravedad a la mano derecha de Debussy, “El Colo Polar” Sampieri que le imposibilitaría estar presente en cancha la próxima temporada. Así y todo “El Gitano” tendría su esperado mano a mano con Morello desterrándolo del poder y demostrando su debilidad. “El Rey Negro” se tuvo q marchar pero nunca mas cambiaria su estilo de pilchero y coqueto.
2011
Era el turno de Debussy. Parecía venir con ideas innovadoras y dejar contentos a todos tras una corta estadía en el extranjero. Pero todo lo propuesto no surtiría efectos. Sentía que le estaban tendiendo la cama y cuando quiso apretar los dientes para controlarlo todo, se dio cuenta que estaba solo. La CD le había soltado la mano. Ni la reconfección de la indumentaria del equipo y su apodo harían perpetrarlo en el poder. Ni mucho menos la colocación de Sampieri como DT, teniendo hombres importantes en cada puesto serian suficientes. El equipo había arrancado muy bien la temporada, pero tras un partido donde realmente “El Turquesa” fue afanado por el arbitro que termino por suspender el partido tras echar a cuatro jugadores de Orlando dejándolo imposibilitado para continuar jugando, se produjo la hecatombe la debacle total. No se toleraron mas fracasos, Ya la derrota por segundo año consecutivo de la Copa Cerati y ahora nuevamente la eliminación en el campeonato hizo q “El Gitano”, jefe de la banda de Munrro huyera al Sur de la Argentina, mas precisamente a Bariloche por temor a ser asesinado, pensando en reorganizarse y volver al año siguiente bien armado, pero ya no tendría el lugar de privilegio esperado.
2012
Con Debussy fuera, Morello ya sin poder y Elder “El Lechero” erradicado en Australia, era todo una incertidumbre. Quien seria capaz de manejar el fierro caliente. Durante la Copa Cerati 2012, primer titulo obtenido por el Club, se vio en el parabalancha principal a “El Oso” Saenz, quien había sido mano derecha de Morello pero que se lo había visto luego cerca de Debussy cuando estos se embarcaron en un viaje a Estados Unidos. Tal vez Debussy quería volver, pero lo que este no sabía es que “El Lechero” había estado trabajando desde fuera y que había depositado toda su confianza en Valy “El Camorrero”, quien a su vez ordeno a Saenz que tomara el lugar, que el lo respaldaría. ¿Seria un chivo expiatorio para la vuelta del verdadero Líder después de su exilio? Hasta ahora y previo al arranque de un nuevo campeonato,  Saenz dirige y Valy toca, pero la banda de Las Lomas ahora liderada por “El Misil” Schwabauer también quiere lo suyo.
Esta historia continuara…