jueves, 19 de julio de 2012

¿?

Escribo, borro, escribo, borro, escribo y vuelvo a borrar. De repente el charco se hace una laguna, y ya esa laguna es un océano. Eso pasa cuando se quiere escribir de algo, pero no se sabe de que. Pasan por la cabeza no más de cien temáticas por segundo. Cosas incongruentes, irracionales, q no tienen sentido. También surgen esos temas el cual uno cree capaz de desarrollar  y al pensar dos palabras se da cuenta que terminara por inventar cualquier estupidez que lo llevara a no entenderse ni a si mismo.
Una vez decidido el tema que de por si no le convence, escribirá no mas de cuatro renglones antes de hacer un bollo con la hoja y tirarla a los basquetbolista en el cesto o en su defecto si posee una computadora borrara todo como si nada hubiera estado escrito allí antes. Nunca faltara el amigo que queriéndole tirar una soga, le tire un yunke proponiendo cosas como “Riquelme y el amiguismo” o “las ondas subatómicas de un misil ruso”. Temas inconexos y que no sabe como relacionar y a donde quiere llegar. Finalmente y rendido por no saber que hacer, se termina por escribir este tipo de cosas, que automáticamente uno quiere borrar pero vaya a saber por que orden de la vida uno no lo hace.

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