Esta es una infracción que no cobra ningún arbitro. Todos aplican la ley de ventaja y la dejan pasar. Es una infracción que corta cualquier tipo de avance. Ya sea a velocidad o a paso de hombre. El infractor lleva la 159 en su espalda. O mejor dicho en su frente, para que nadie dude quien es. Es siempre el mismo y ya se ha cargado a varios, saliendo al cruce o simplemente esperando paradito a un costado. Nunca ha recibido si quiera un llamado de atención. ¿Cómo puede ser que nadie lo vea? Tampoco lo hace a escondidas sin que nadie se percate de el. Muchos tratan de evitarlo pero a otros nos les queda ningún remedio q enfrentarlo, y siempre con el mismo final previsible. Un caos. Les voy adelantando que la infracción no es una patada de Schiavi, un codazo de Barrientos o un hachazo de Krupoviesa. El infractor tampoco es una jugador de fútbol, ni mucho menos una persona particular. No es ni mas ni menos que una línea de colectivo. Su estación terminal fue desalojada del correo central donde se encontraba y hoy en día ocupa los carriles de la calle Perón, entre las Avenidas L. N. Alem y Madero. Pasar por esa zona ya era complicado. Ahora se ha vuelto una travesía. Pero nadie hace nada. Nadie se ocupa ni se hace cargo. Ni el gobierno de la ciudad. Ni mucho menos el nacional. Pareciera ser que todo es normal, y que eso esta bien. Esta es una de tantas infracciones que día a día aquejan a nuestro país. En comparación a otros problemas, este será insignificante. Pero si no podemos resolver estas pequeñas cosas. ¿Cómo vamos a pretender solucionar otras?
A quien corresponda...

No hay comentarios:
Publicar un comentario